martes, 21 de agosto de 2007

Desastres y política

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Artículo publicado en Perú21, martes 21 de agosto de 2007

El indio Amartya Sen, ganador del Premio Nóbel de Economía en 1998, demostró que la causa de las hambrunas y muertes después de desastres naturales como inundaciones o sequías en Africa y Asia no tenían que ver tanto con la escasez de alimentos o recursos, sino con problemas de organización y con problemas de poder: las víctimas, generalmente los más pobres, terminan siendo más afectados no solo por su mayor vulnerabilidad, sino por su escasa organización, peso e influencia política, capacidad para hacer valer y ejercer sus derechos. La explicación de los efectos de los desastres naturales hay que encontrarla en la política, en el poder relativo de los distintos grupos sociales, en el funcionamiento de las instituciones. En nuestro país hay pocos estudios que han explorado estos asuntos, entre ellos el texto de Antonio Zapata y Juan Carlos Sueiro, Naturaleza y política: el gobierno y el fenómeno del niño en el Perú, 1997-1998 (IEP-CooperAcción, 1999).

Estas cuestiones están detrás de los señalamientos de los problemas de organización en la distribución de la ayuda, en la incapacidad de las autoridades locales para hacerla llegar a los distritos y centros poblados, en el no funcionamiento del Indeci y en la intervención voluntarista del presidente de la República liderando los esfuerzos de atención a la emergencia, intentando lograr mayor eficiencia y celeridad, ante los límites de las instancias regulares.

Ubicados en este terreno, y pensando en los próximos días y semanas, señalo algunas definiciones que tendrán que hacerse, de clara naturaleza política:

- Las pruebas de la solidaridad: ¿Estaremos dispuestos a aceptar reasignaciones importantes del presupuesto público para financiar la emergencia y la reconstrucción? ¿Hasta qué punto? ¿Con qué criterios?

- La magnitud de la afectación: ¿Cómo se definirá a quiénes recibirán y quiénes no recibirán ayuda? El concepto de víctima y afectado no será fácil de trazar.

- Mecanismos participativos, transparentes y fiscalizables del uso de los fondos: hemos visto que el desastre ha despertado generosidad y solidaridad, pero también mezquindad e interés: las tentaciones aumentarán cuando aparezcan los fondos de reconstrucción.

- La lucha por la confianza en el gobierno: ¿Logrará el gobierno construir la credibilidad necesaria para que todos apoyen sus iniciativas, que inevitablemente dejarán a algunos descontentos? La cooperación requiere confianza y legitimidad. De otro lado, ¿será la oposición responsable, haciendo críticas constructivas?

- El dilema centralismo-eficiencia o descentralización-ineficacia. ¿Cómo se enfrentará? ¿Privilegiaremos la eficacia o la construcción de capacidades?

Todas estas decisiones se tienen que tomar con el corazón caliente y con la cabeza fría.

AMPLIACIÓN:

Una versión preliminar del texto de Zapata y Sueiro puede verse aquí:

http://www.crid.or.cr/digitalizacion/pdf/spa/doc14001/doc14001.htm

Ver también:

http://www.cambioglobal.org/enso/public/downloads/ef-el-ninoperu.pdf

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá que la racionalidad política se imponga y se logra una buena distribución de tareas. ¿Crees que hay fuerzas políticas dispuestas a ello? ¿o todos se dedicarán a serrucharse el piso?

Anónimo dijo...

Tambén Amartya Sen indica sobre la importancia del Estado en este tipo de desastres. En ese sentido me parece, increible, raro? que el Estado peruano este vendiendo las acciones de Cementera Andina (fuente: La Primera, 21/08/2007)en 55 millones de dólares.!
Quien haya leido historia economica sabe que los Estados nunca venden sus participaciones en epocas de bonanza y mucho menos si es un sector estrategico. Muy al contrario si es necesario lo nacionalizan!(pero esto es tema aparte)

Actualmente la construcción es un boom y para la reconstrucción y desarrollo de nuestro país es estrategico.Dudo que con estás decisiones tengan interes en organizar algo en beneficio de Ica.