domingo, 30 de diciembre de 2007

La era del chino, de Yusuke Murakami



ACTUALIZA-
DO, 4 de enero de 2007

Para que estrenen sus agendas 2008. Un conversatorio sobre un libro polémico, que viene muy bien ahora que estamos en pleno juicio a Fujimori, el miércoles 16 de enero. Otro comentarista más, recién confirmado, será Fernando Rospigliosi.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Entrevista con Lilian Thuram, sobre el racismo

The Caribbean-born French national footballer Lilian Thuram has a longstanding interest in the history of slavery and, as a member of France's Council on Social Integration, is a vocal critic of racial discrimination. He talks to Esprit about teaching the history of slavery, about the positive function of French identity, and why it is too soon to write off the French model of integration.


(...) We shouldn't allow ourselves to be dragged into a cultural confrontation. France has a fundamental role to play here. The population of France is very mixed and if we don't react intelligently in order to create national cohesion based on well-established principles then we will allow ourselves too to be dragged into a clash of cultures. If we feel obliged to pass on this history it is so that we may learn to live together better.

Esprit: Is it against that background then that we should understand what you meant when you said: "I'm not black, I'm French"?

LT: I was replying to a politician who was criticizing the number of "blacks" in the national football team. I was just reminding him that the selection criterion is not whether you are "white" or "black" but whether you are "French" and that we are French, even if he seemed to have some doubts about that. A painter that I'm fond of, Chéri Samba, painted a picture with a caption that says: "I am a painter. I have never seen a white man; I have never seen a black man."


(...) Esprit: But don't you think that your claim might have upset some of your West Indian "fellow-countrymen" a bit, in that they would rather have heard you say "I'm Guadeloupian"? Might not some of them have seen your claim as a way of distancing yourself from your Guadeloupian identity in favour of your French identity?


LT: I don't worry about these matters of identity. Being enclosed in an identity is restricting. Identity is only a good thing if it is a force that opens you up to others.


(...) What is happening in France is fundamental for Europe. After the riots in 2005, many people in Europe said: "The French model of integration has had it; we mustn't do what they have been doing." Even though we're more advanced. I'm lucky enough to be able to travel and I can see that France is light-years ahead of some countries. It's incredible. That's what I felt in Italy and today in Spain, for example.

Esprit: So you're standing up for the French model of integration?

LT: Yes. My friends are first and foremost French and, what's more, they don't even understand the kind of thing that people say about this. For example, why speak about "first, second, or third generation"? They're French. Why speak about minorities? Do the others see themselves in terms of a majority?

(...) Esprit: When you think about your future after sport, do you see yourself still playing a part in the social field as you do as a sports star?

LT: What I would like would be, after football, to be able to talk to people about all these matters and to work at getting them to understand each other better. If it is necessary to talk about this long history throughout which "blacks" have been thought of as inferiors, it is not in order to provoke confrontation but to defend equality. That's why I think it is fundamental – and I've been able to find this out through my own experience – that a young black person or a young North African should not assume the role of a victim. What matters is to learn to look at yourself in a different way.

When we're discussing racism, friends often say to me: "Yes, but even so, things are a lot better than they used to be!" What does that mean? What does that "even so" mean?

Entrevista completa en: http://www.eurozine.com/articles/2007-12-07-thuram-en.html

viernes, 28 de diciembre de 2007

Carta de Mefistófeles a Alberto Fujimori

El día de hoy recibí el siguiente mensaje, firmado con el seudónimo “Mefistófeles”, con un escueto y cortés pedido de que publique esto en mi blog. Cumplo con el pedido, aunque me incomode un poco hacer de intermediario entre estos personajes. Saludos.

Estimado ex Presidente ingeniero Alberto Fujimori Fujimori
Mi querido Alberto:


Te sorprenderá, estimado amigo, esta misiva, que estoy seguro llegará a tus manos, pese al opresivo confinamiento en el que te encuentras. No debería sorprenderte el que te escriba: como te imaginarás, tengo la posibilidad de seguir al mismo tiempo muchos asuntos en el mundo, y, no seas modesto, el tuyo no me parece menor.

Me he interesado mucho en tu caso; he prestado atención a todas las audiencias de tu juicio, y déjame decirte de todo corazón: creo que equivocas tu estrategia de defensa. Me pareció muy triste, Alberto, verte el primer día, vociferar “soy inocente”, para delicia de Fernando Armas, Carlos Álvarez y otros que se regodearán en ridiculizarte. Ya ves que hasta ringtones te han sacado. No me pareció digno de ti, a tu altura, el recurso del “desconozco”, del “no recuerdo”, y del “me abstengo de responder”. No pues, Alberto. Sabes que tengo razón. Sin querer, estás empañando una imagen que merece ser lustrosa.

Sé que te has dejado llevar por el consejo de tu gente, de tu entorno. Claro, ellos no pueden ver las cosas con la lucidez con la que las veo yo. Ellos piensan ingenuamente en reducir una condena, cuentan los meses y años, y creen que con esta defensa te hacen bien. Sueñan con algún tipo de “condena menor”: ¿cinco, seis años? Menos no vas a sacar: ¿qué? ¿Crees que García te hará un gran favor? ¿Una amnistía? No me hagas reír. Ni yo confiaría en él. De cinco, seis, años, no te salvas, en el mejor de los casos. Y luego, ¿una vuelta triunfal a la política? Tienes casi setenta años. Saldrías libre, en el mejor de los casos, en el 2014, a los 76. Las siguientes elecciones serían en el 2016. Sé que estos cálculos te producen vértigo, Alberto, pero sigamos. ¿Realmente te ves haciendo una campaña política a los 78? ¿Después de varios años de opresiva prisión? ¿Y crees sinceramente que podrías ganar? ¿No sería esa campaña más bien para otros, para los que vivieron y viven de ti, antes que para ti? Pregúntate bien, Alberto, a quién le conviene esa estrategia. Tu abogado podrá decir que logró una pena reducida. Y seguirá con esa aureola de invencibilidad. Tu hija seguirá en el Congreso. Y con ella, esa larga lista de comechados que engordan a tu costa. Pero ¿tú, Alberto? ¿Qué ganas?

Y esto, en el mejor de los casos. En el peor, te clavan 30, 35 años. Las hienas se abalanzan sobre tí. Y tú quedas como un tonto. No, Alberto, no permitas que eso pase.

Yo te propongo que pienses en ti, y que pienses no en años o meses más o menos en prisión. Te propongo que decidas pensando en la historia; en cómo vas a ser recordado; en tu legado. No te ofrezco inmortalidad física: sí en la memoria de tu gente. Tienes que cambiar de estrategia. Aprovecha el receso de final de año. Empieza el año de manera diferente. Deshazte de todos los que ahora te aconsejan. Empieza el año con una rectificación, y asume tu defensa personalmente. Nadie lo puede hacer mejor que tú.

Apuesta a la grandeza. Basta de “no recuerdo”, “desconozco mayormente”. Lo que tienes que hacer es decir fríamente: por supuesto que sabía. Por supuesto que permití los asesinatos selectivos. Enróstrales a todos su hipocresía: todos saben, en el fondo, que para lograr la paz se tiene que pagar una cuota de sangre. Todos saben que había que matar para desmoralizar al enemigo; y todos saben que tenías el deber de defender a la gente que tuvo el coraje de mancharse las manos de sangre. Tú tuviste la valentía de hacerlo. Y lograste lo que todos querían. Y ahora te acusan... sácales en cara su hipocresía: diles que ellos disfrutan ahora de una paz que tú construiste, haciendo el trabajo sucio necesario. Acude a la historia en tu defensa. Diles que, antes que tú, García y Belaunde también hicieron lo mismo. ¿Por qué eres tú el acusado, y ellos no? Así es la política... eres una víctima, Alberto. Podrías haberte quedado en Japón, pero viajaste a Chile. Te arriesgaste. ¿Por qué? Porque en el fondo sabías que tendrías que enfrentar tu destino. Enfrentarme.

¿Que te equivocaste muchas veces? Ciertamente. Pero sólo se equivoca quien tiene el valor de arriesgarse. Y tú arriesgaste mucho, Alberto. Así que siéntete orgulloso de todo lo que has hecho. Haz que todos reconozcan que, en el fondo, todos saben lo que ha pasado, y... están de acuerdo con ello. Será muy bueno que todos se sinceren. Eso me servirá mucho a mí, Alberto, lo reconozco: pero a ti también. Te pondrá en el pedestal que mereces.

Si te animas, y espero que sí, ¿qué pierdes? A lo más, unos cuantos años de pálida libertad, al final de tu vida. Si me sigues, tendrás la admiración y el respeto de todos, créeme. Me aseguraré de que, en prisión, puedas terminar tus días dignamente. Con la dignidad de quien asume las consecuencias de sus obras, que en tu caso, son extraordinarias. A cambio de eso, poca cosa: formalizar la relación que desde hace tiempo sabes que tenemos. Así, tu legado perdurará por siempre.

Me despido por ahora, mi amigo, que tengo otros asuntos importantes que atender en otras partes del mundo. Sabes que siempre estoy muy ocupado. Piensa en todo lo que te he dicho, y empezando el próximo año me las ingeniaré para buscarte nuevamente. Tal vez podamos incluso arreglar un encuentro personal.

Con el afecto y la admiración de siempre,


Mefistófeles

Imagen: Mefistófeles con Fausto, según Delacoix

miércoles, 26 de diciembre de 2007

La participación ciudadana y el sistema representativo

Hace poco escribí un documento (con la colaboración de Sofía Vera) sobre las relaciones entre la dimensión participativa y la representativa de la democracia, a propósito del proceso de regionalización del país, a pedido de PRODES (Pro Descentralización). El documento completo está disponible para todos, espero que lo encuentren útil. Saludos.


LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y EL SISTEMA REPRESENTATIVO

Martín Tanaka
Diciembre de 2007

En este texto se analiza el funcionamiento de la dinámica representativa en el ámbito regional, y su relación con los procesos de descentralización y la implementación de espacios de democracia participativa. En las democracias occidentales desarrolladas puede observarse que, en principio, los mecanismos participativos pueden ser complementarios a los representativos, y aportar a la legitimidad de los sistemas políticos. Sin embargo, en el Perú y en otros países latinoamericanos, la relación entre ambos no ha sido fácil. Esto porque la lógica de la complementariedad supone la existencia de partidos políticos y de un sistema de partidos, de una institucionalidad estatal mínimamente consolidada, así como de organizaciones sociales representativas. Sin estos requisitos, la apertura participativa puede debilitar la representativa, deslegitimar al Estado y hacer que se consoliden grupos de interés particularistas y disputas faccionales. Todo ello con consecuencias negativas en la eficacia del Estado para brindar respuestas adecuadas a la ciudadanía a la cual debe servir. En Perú encontramos que el funcionamiento de los Consejos Regionales, Consejos de Coordinación Regional y Presupuestos Participativos revela que estamos ante espacios con competencias y lógicas que se superponen y estorban entre sí. Postulamos que, para enfrentar los problemas de representación en el ámbito regional –y contribuir por tanto a que el Estado responda mejor a los intereses de la ciudadanía-, el camino no es tanto apostar por más participación ciudadana, sino por el fortalecimiento de los Consejos Regionales y de los actores políticos regionales.

El texto completo está disponible en:

http://www.prodes.org.pe/pdf/La_Participacion_Ciudadana_y_el_Sistema_Representativo.pdf

Ver la página de PRODES en general:

http://www.prodes.org.pe/

martes, 25 de diciembre de 2007

Repensando la Guerra del Pacífico

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Artículo publicado en Perú21, martes 25 de diciembre de 2007

(ver ampliación abajo)

Ha sido publicado recientemente un libro muy valioso, de José Chaupis y de Emilio Rosario: La Guerra del Pacífico. Aportes para repensar su historia (Vol. I) (Lima, Línea Andina y UNMSM, 2007). Se trata de un libro que compila trabajos de varios historiadores que cuestionan, desde ángulos diversos, muchos de los sentidos comunes existentes sobre tema.

El construir una nueva mirada de la Guerra del Pacífico, más acorde con la realidad histórica, liberada de prejuicios y de falsos nacionalismos, es una tarea imprescindible. Un paso más en esa dirección debería ser, como los autores reconocen, avanzar en construir historias en común que nos ayuden a entender los puntos de vista de los grupos involucrados, paso necesario para evitar malos entendidos, y superar las visiones "oficiales" de cada país.

Nuestro país ha desarrollado una narrativa según la cual perdió la guerra por ser atacado pérfidamente por un enemigo malvado, que se preparó convenientemente para la agresión; siendo el Perú un país noble y victimizado, que resistió heroicamente, pero que nada pudo hacer frente a la superioridad bélica del enemigo. Una versión de izquierda de este mismo libreto resalta el hecho de que fue el pueblo el verdadero protagonista de la resistencia al invasor, y no unas élites "dominantes" que habían traicionado su deber histórico de ser clase "dirigente". Chile ha construido una versión nacionalista según la cual venció como consecuencia de ser un país más "civilizado", más integrado social y políticamente, a diferencia de sus adversarios, sumidos en incesantes conflictos internos. Llama la atención cómo ambos discursos empalman casi perfectamente.

Sin embargo, ninguna de esas dos versiones es correcta. No es cierto que el Perú fuera una víctima inerme; tampoco que las élites no hayan tenido ningún proyecto; tampoco que hayan desertado cobardemente en medio de la guerra. Tampoco es cierto que Chile haya sido un país integrado y sin conflictos antes de la guerra. En realidad, Perú y Chile no eran países diferentes en esencia; a lo sumo, Chile había avanzado un poco más por un camino que el Perú estaba empezando a transitar.

Me llama la atención cuán vigentes están los estereotipos con los que miramos a Chile, originados en estas visiones oficiales de la Guerra del Pacífico. Algunos creen hoy que Chile es una potencia imperialista que está avasallando a sus vecinos gracias a la complicidad de nuestras élites empresariales. De lo que se deduce un falso nacionalismo de supermercado que ojalá se expresara de otras formas, más genuinas, consecuentes y necesarias. En realidad, nuestros países se parecen mucho más y comparten muchos más problemas de lo que parece, y tenemos mucho que aprender y beneficiarnos unos de otros.


AMPLIACIÓN:

Aquí algunas citas del libro de Simon Collier y William F. Sater, A History of Chile, 1808-1994. Cambridge University Press, 1996. Esto para reforzar la crítica a los mitos de la versión oficial chilena, que absurdamente algunos comparten aquí:

"Pinto had good reasons to hesitate before involving Chile in a war with its northern neighbors. Years of budget-cutting had deprived the Army of one-fifth of its men; the Navy had decommissioned warships; the territorial reserve, the Guardia Nacional, had shrunk in size by more than two-thirds. Chileans now faced two enemies whose combined armed forces outnumbered them two to one. Equipped with outmoded weapons (which posed more danger to the user than the prospective target), lacking medical and supply corps, the Army was now called upon to fight a war far from the country's heartland, and without decent lines of communication" (p. 129).

"In November 1879 Escala's troops landed in Pisagua, in the Peruvian province of Tarapacá. The assault, while successful, was not without its flaws: an error of navigation put the fleet off course, and the officer in charge of the invasion botched the landing. But the Chileans emerged as paragons of military virtue in comparison with their opponents" (p. 132).

“Chile’s armed forces in1879 were both small in size and poorly equipped. Moreover, too many officers owed their ranks to political connections rather than to technical proficiency” (p. 137).

“When the first rush of patriotic enlistments tapered off, the armend forces resorted to impressment. Although this was clearly illegal, public official tolerated (and in some cases even encouraged) such activities as long as the recruiters confined themselves to dragooning the town drunk, the petty criminal, or the vagant. Eventually, however, the military began to seize respectable peasants, artisans, and miners. ‘It is a curious illustration of democratic equality and republican freedom’, noted one journalist, ‘to force Juan, who owns not a cent, to fight in defence of Pedro’s property, while the latter declines to raise an arm himself, because he is not so poor as his fellow citizen’” (p. 137).

“The Chilean soldier suffered almost as much at the hands of his government as the enemy. Since the Army had economized by abolishing its medical corps, the military had neither the staff nor the facilities to care for the wound or the sick” (p. 138).

“A contrast is usually drawn between Chile’s institutional continuity during the war and the political upheavals that occurred both in Bolivia and Peru. There is little doubt, however, that the Chilean political system was strained by the depression of the 1870s... as already noted, the border dispute with Argentina provoked anti-government rioting in 1878, and rioting again threatened to erupt in early in 1879. The most dangerous such episode occurred after the capture of the Rimac, when the government had to call in troops to subdue demonstrations. Had Chile experienced another serious military reverse soon afterward, Pinto might have suffered the same fate as his Bolivian and Peruvian counterparts, Daza and Prado.
“At the level of the Congress, the outbreak of hostilities by no means stopped partisan bickering...” (p. 144).

OTRA AMPLIACIÓN, 26 DE DICIEMBRE.

Más citas sobre Chile. A continuación extractos del capítulo sobre Chile de Harold Blakemore, en Leslie Bethell, ed., Historia de América Latina, vol. 10, América del Sur, c 1870-1930 (1986). Barcelona, Crítica, 1992.

" (...) Así, hacia 1870, la madurez política, la responsabilidad en asuntos financieros y la ordenada evolución, fueron consideradas internacionalmente como el sello distintivo de Chile, dentro del contexto de un continente un tanto desordenado. Unicamente Brasil podía competir con Chile en la estima internacional.
Sin embargo, la década de 1870 fue una desilusión. El comienzo de la depresión del comercio internacional golpeó duramente a Chile como productor de materias primas, y las disputas políticas internas entre los diferentes partidos amenazaban su orgullosa tradición de continuidad de gobierno" (p. 158).

"(...) El resultado fue la guerra del Pacífico, precisamente en un momento en que Chile no estaba preparado para ella, ni ni política ni económicamente. Sin embargo, dio la casualidad de que, a pesar de su falta de preparación, debilidad económica e incertidumbre política, -sin contar el deplorable estado de sus fuerzas armadas- la guerra pareció meticulosamente preparada en comparación con sus adversarios (...)
de un país sobre el que se cernía el abismo de la desintegración política y el colapso económico en 1879, emergió en 1883 un Chile con unas perspectivas transformadas (...) Chile se aseguró una superficie de territorio nacional no inferior a un tercio de su extensión original... riqueza en minerales que supondría, grosso modo, la mitad de los ingresos gubernamentales para los próximos cuarenta años" (p. 160).

domingo, 23 de diciembre de 2007

Barrantes: vicios privados, vicios públicos

El 5 de diciembre pasado se realizó un homenaje a Alfonso Barrantes en la Casona de San Marcos, al conmemorarse el séptimo aniversario de su fallecimiento (ocurrido el 2 de diciembre de 2000). No tuve tiempo para hacer un comentario al respecto, lo hago ahora, más vale tarde que nunca.

Es evidente que Barrantes es la figura política más importante de la izquierda durante la década de los años ochenta, la década “de oro” de la izquierda peruana, cuando se convirtió en la segunda fuerza política del país. Este logro hubiera sido imposible sin él; la política en general, y la nuestra en particular, es muy personalista. Barrantes logró cambiarle la cara a la izquierda peruana de la década de los setenta, marcada hasta entonces por el estilo de líderes como Hugo Blanco, Genaro Ledesma o Jorge del Prado. La izquierda aparecía rabiosa, sin propuesta, agitadora, violenta, marxista-leninista, dogmática, atea, insurreccional. Barrantes apareció y sacó de cuadro a todos; tenía un estilo de tranquilo y cortés profesor provinciano, era católico, tenía chispa, sentido del humor, una gran capacidad de comunicación, hablaba sencillo, sin grandes rollos ideológicos, se presentaba como un hombre amable, accesible. Este personaje se convirtió en el gran referente político de la izquierda para la gente común (el “tío frejolito”), de allí su arrastre electoral y popularidad. Barrantes amplió la convocatoria de la izquierda más allá de sus bases organizadas tradicionales, llegó a otros sectores populares y a sectores medios. También fue una persona honesta y modesta, cuestión importante que se debe resaltar. Muchos recuerdan al final de sus días a Barrantes haciendo su cola en el seguro social. No se enriqueció haciendo política.

Para mí lo más importante, visto retrospectivamente, es que desde inicios de la década de los años ochenta Barrantes tuvo el acierto y el coraje de marcar una línea clara de deslinde con Sendero Luminoso (cuando el conjunto de la izquierda era tremendamente ambigua), y de proponer el diálogo con otras fuerzas y el acuerdo nacional para enfrentar los problemas y como medio de “acumulación de fuerzas” para la izquierda, en vez de una lógica de pura agitación y confrontación.

Yo tenía 15 años cuando Barrantes se convirtió en presidente de IU en 1980, y su figura fue decisiva para que desarrollara una identidad de izquierda, a pesar de que todo mi entorno familiar fuera contrario a ese camino. Tenía 18 cuando ganó la alcaldía, y estaba en el primer año de estudios universitarios. Al entrar a la facultad de ciencias sociales, en 1985, una de las primeras cosas que hice fue enrolarme como practicante en la Oficina de Participación Vecinal de la Municipalidad de Lima, en el proyecto especial Huaycán, con el que la facultad tenía algún tipo de convenio, a través de Isabel Yepes. Recuerdo que también estaba involucrado el Centro Ideas, a través de Marina Irigoyen.

En Huaycán los practicantes éramos pinches típicos, mi chamba era básicamente pegar afiches y publicitar las distintas campañas del municipio (de salud, básicamente), y ser mensajero de convocatorias de reuniones y comunicaciones entre la oficina de participación vecinal y los dirigentes de las distintas zonas. Nada muy emocionante, aparentemente, pero en realidad sí lo era para quienes lo hacíamos (especialmente para mí y mi pata Ricardo Caro), y hoy lo recuerdo como una experiencia fundamental en mi formación. En Huaycán trabajábamos con la arquitecta Silvia de los Ríos, quien hoy trabaja en CIDAP, y con Linda Zilbert, a quien le he perdido la pista.

Huaycán era un proyecto urbano diseñado por el arquitecto Eduardo Figari, con un planteamiento que buscaba promover la organización popular y la vida comunitaria: las puertas de las casas estaban dentro de las manzanas, como en quintas, y no daban a la calle; se privilegiaban los espacios comunitarios, antes que los de propietarios individuales. Ideas quiméricas: la gente no quería eso, y construyó al final a su modo, como puede verse hoy. Figari era militante de VR, si no me acuerdo mal... sí, Figari, quien años después diseñó Larcomar y hoy está en FORSUR con Favre, vueltas que da la vida. Como todos saben, Huaycán era también “zona roja”: más de una vez nos cruzamos con gente del MRTA y de SL volanteando por ahí, alguna vez vimos la figura de la hoz y el martillo ardiendo en los cerros por la noche. Pudimos conocer a muchos esforzados dirigentes populares de varios partidos, pudimos admirar la chamba de la gente para convertir un terreno lleno de rocas y arena en una ciudad, pudimos ver cómo se hacía política en una zona altamente conflictiva, asistiendo a asambleas y conversando con todo tipo de gente, zona que ya empezaba también a militarizarse (nos tocaron también batidas y regresos a Lima apurados antes del toque de queda). Sobre todo esto ver el informe de la CVR:

http://www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20V/SECCION%20TERCERA-Los%20Escenarios%20de%20la%20violencia%20(continuacion)/2.%20HISTORIAS%20REPRESENTATIVAS%20DE%20LA%20VIOLENCIA/2.13%20LA%20VIOLENCIA%20EN%20HUAYCAN.pdf

Bueno, pero yo estaba hablando sobre Barrantes. En Huaycán descubrí algo que mucha gente dentro de la izquierda sabe: Barrantes era un estorbo dentro de la municipalidad. Era una excelente cara pública, gracias a él se ganó la elección, pero era terrible dentro. En Huaycán y en Participación Vecinal descubrí, para mi sorpresa, que Barrantes frecuentemente boicoteaba actividades y programas del municipio por pura mezquindad política. Barrantes solía decir que él no iba a trabajar para Patria Roja o para el PUM o para cualquier otro grupo que "se aprovechaba de él", entonces saboteaba actividades de unas oficinas o el trabajo en algunos barrios, para no “beneficiar” a partidos que tenían “presencia” en esas zonas. En Huaycán me consta que no quiso estar en algunas inauguraciones de obras porque esas eran zonas “de Patria Roja”. Muchas personas que trabajaron en la Municipalidad saben que la gestión funcionó gracias al equipo encabezado por el Teniente Alcalde, Henry Pease, y a pesar de Barrantes. Las cosas funcionaban bien cuando Barrantes estaba de viaje (ocasión bastante frecuente, por lo demás), y se trababan cuando regresaba... (sigue)

Post completo en:

http://martintanaka1.blogspot.com/2007/12/barrantes-vicios-privados-vicios.html

sábado, 22 de diciembre de 2007

¿Qué le pasó a Bachelet?

Ya está en línea Nueva Sociedad 212:

http://www.nuso.org/revista.php?n=212

Entre otras cosas, les recomiendo:

¿Qué le pasó a Bachelet?
PATRICIO NAVIA

Michelle Bachelet se impuso en las elecciones presidenciales de 2006 porque expresaba una combinación de continuidad (con los gobiernos de la Concertación) y cambio (por su condición de mujer y su promesa de renovar el gabinete). Desde que asumió, sin embargo, diversos episodios no previstos provocaron una caída de su popularidad: las protestas estudiantiles, la caótica implementación del Transantiago y la indecisión en algunos temas claves la han forzado a implementar dos cambios de gabinete en menos de un año y medio de gobierno. El artículo sostiene que Bachelet, sin descuidar las señales de cambio, debe recuperar la esencia de la Concertación, la gestión eficiente de una economía social de mercado y el sólido respaldo de los partidos políticos que integran la coalición.

http://www.nuso.org/upload/articulos/3475_1.pdf

jueves, 20 de diciembre de 2007

¡Feliz Navidad!

Me llegó esta información bastante tarde, pero igual la posteo por si le sirve a alguien. Es información de la página web de la Red Internacional Solidaria, "solidaridad en internet".

Esta es la sección navideña, con varias sugerencias para ayudar a diversas causas en estas fiestas:

http://www.risolidaria.org.pe/especialnavidad2007/

Y esta es la información de iniciativas solidarias en general:

http://www.risolidaria.org.pe/qayudirectorio.asp

La religión, el islam, y la democracia

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Sobre los cambios ministeriales, seguramente opinaré el próximo martes... por ahora, les recomiendo otras lecturas, sobre la religión, el islam y la democracia: una entrevista a Terry Eagleton en The Guardian, y el conversatorio en Letras Libres entre Ayaan Hirsi Ali y Husain Haqqani con Jesús Silva-Herzog.


The armchair revolutionary

Terry Eagleton, one of Britain's most abrasive public intellectuals, has added to that reputation of late through his ongoing feud with Martin Amis over Islam. And now he has written a book that sees Jesus as a Palestinian insurgent. But, after a lifetime of baiting the establishment, the academic world has had enough of him. Why would that be, asks Tim Adams

Sunday December 16, 2007

'Let me make one thing clear before we start,' Terry Eagleton says. 'I did not do this book about Jesus just to piss off Martin Amis.' I guess he wouldn't mind too much if it did, though. The book about Jesus is a new reading of the Gospels, out in time for Christmas, in which Eagleton asks the question, 'Was Christ a revolutionary?' and answers it mostly in the affirmative. It is a typical Eagleton stocking-filler: short, iconoclastic, fiercely clever; it places Jesus on the fringe of Palestinian insurgents against Rome, in the political wing of the anti-imperialist Zealots. The essay takes Eagleton back to his earliest intellectual outings at Cambridge in the Sixties, where he made a name for himself contributing to a curious Marxist Christian magazine called Slant. It is also the latest offensive in his argument with what he likes to call 'smug, liberal, rationalist' opinion, of which his ongoing war of words with Amis is the most visible engagement.

Eagleton - that endangered species in Britain, a public intellectual; formerly Warton Professor of English at Oxford, currently John Edward Taylor Professor of Cultural Theory at Manchester - has always looked to 'rough up the edges of the mainstream', as he calls it. Having been fashionably Marxist for much of his career, he is now unfashionably so. Approaching 65, he has spent four decades squaring up to establishments, whether religious, academic, literary or metropolitan. The Amis feud is good gossip-column fodder because both protagonists are long used to believing themselves the smartest men in the room, but it also gets somewhere near the heart of the current schism in the liberal left over the response to Islamist terrorism (...).

http://observer.guardian.co.uk/review/story/0,,2228092,00.html

¿Es el Islam compatible con la Democracia?
Ayaan Hirsi Ali vs. Husain Haqqani

En nuestra tradición intelectual, el debate es una especie en peligro de extinción. Deslumbrantes o predecibles, las voces de nuestra República de las Letras apelan a la empatía o el rechazo, no al convencimiento, mucho menos persiguen el cambio de parecer razonado. Se busca el aplauso de los partidarios y la rechifla de los adversarios, no el argumento que matice, conceda, transforme. El diálogo se ha vuelto un archipiélago de islas autónomas, un ejercicio autista. Justamente para romper esta inercia, en el marco del Fórum de las Culturas celebrado recientemente en Monterrey, Letras Libres y Foreign Policy organizaron una serie de diálogos, sobre los temas fundamentales de nuestro tiempo, invitando a personalidades con visiones del mundo, y sus problemas, claramente confrontadas. Así, Ignacio Ramonet discutió con Álvaro Vargas Llosa sobre capitalismo y pobreza; Tariq Ali con Marcos Aguinis sobre América Latina y su dilema entre el modelo chileno o el chavista; Martin Wolf con Peter Singer sobre la globalización; Minxin Pei con Albert Keidel sobre China; David Rieff y Leon Wieseltier sobre Estados Unidos.

En este contexto se suscitó el irrepetible diálogo entre Ayaan Hirsi Ali y Husain Haqqani sobre la compatibilidad, o no, entre el islam y la democracia.

Ayaan Hirsi Ali nació en Somalia y es conocida mundialmente por su trabajo como defensora de los derechos humanos y de las mujeres que sufren la intolerancia del islam. Ha sido miembro del Parlamento holandés y es la realizadora, junto con el cineasta Theo van Gogh, del filme Submission. La revista Time la nombró una de las personas más influyentes de nuestro tiempo. Actualmente es investigadora en el American Enterprise Institute de Washington.

Husain Haqqani nació en Pakistán y es periodista, académico y diplomático. Ha sido profesor en la Universidad Johns Hopkins, consejero de tres primeros ministros pakistaníes y colaborador de The Wall Street Journal, The New York Times, Foreign Policy y el Financial Times. Actualmente se desempeña como director del Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad de Boston.

El encuentro fue sabiamente moderado, como podrá comprobar el lector, por el ensayista mexicano Jesús Silva-Herzog Márquez, columnista del Reforma y autor, entre otros títulos, de La idiotez de lo perfecto.

A continuación transcribimos, editado para que tenga sustento por escrito, este excepcional intercambio de ideas sobre uno de los asuntos del mundo que determina nuestra hora presente:

http://www.letraslibres.com/index.php?art=12529

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Vargas Llosa, Castañeda, Shifter y Zizek...

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Encontré por ahí artículos interesantes, de Mario Vargas Llosa; sobre Venezuela, de Jorge Castañeda y Michael Shifter; y un comentario de Zizek en el que llama a respaldar a Chávez (para todos los gustos).


The Paradoxes of Latin America
Mario Vargas Llosa

What does it mean to feel you are Latin American? It means being aware that the territorial boundaries dividing our nations are artificial, imposed arbitrarily during the colonial years. And neither our leaders during the emancipation period nor the republican governments that followed bothered to correct that situation. In fact, they often worsened things by further separating and isolating societies whose commonalities were deeper than their petty differences. This balkanization of Latin America, unlike what took place in North America, where the Thirteen Colonies became the United States, has been one of the conspicuous factors in our underdevelopment. It has engendered nationalism, war and conflict, bleeding our nations and wasting natural resources that could have been used for modernization and progress.

Only in the cultural arena was Latin American integration a reality, the result of experience and necessity—everyone who writes, composes, paints or practices any creative endeavor discovers that what unites us is more important than what separates us. In other areas—politics and economics, especially—attempts to unify governmental actions and markets have always been thwarted by the nationalist reflexes ingrained in the continent. That is why all of the plans conceived to unite the region have failed.

National boundaries, however, do not mark the true differences that exist in Latin America. These differences thrive in the bosom of each country and, in a transverse way, encompass regions and groups of countries. There is a Westernized Latin America that speaks Spanish, Portuguese and English (in the Caribbean and in Central America) and is Catholic, Protestant, atheist or agnostic; and there is an indigenous Latin America, which in countries like Mexico, Guatemala, Ecuador, Peru and Bolivia comprises millions of people. That Latin America retains pre-Hispanic institutions, practices and beliefs. But even indigenous culture is not homogeneous, and it constitutes yet another archipelago that experiences different levels of modernization. While some languages and traditions—Quechua and Aymara—are the patrimony of vast social conglomerations, others, like the Amazonian cultures, survive in small communities, sometimes just a handful of families.

Fortunately, mestizaje—racial mixing—extends in all directions, bringing these two worlds together. In some countries, Mexico for example, mestizaje has integrated the bulk of society both culturally and racially. It represents the greatest achievement of the Mexican Revolution—transforming the two ethnic extremes, Native Americans and Europeans, into minorities. This integration is less dynamic in the other countries, but it is still going on and it will ultimately give Latin America the distinctive identity of a mestizo continent. But let’s hope it does so without making it totally uniform and erasing its subtle differences, though that is certainly possible in this century of globalization and interdependence among nations.

What is imperative is that, sooner rather than later, liberty and legality will be conjoined, thanks to democracy. Then all Latin Americans, regardless of race, language, religion and culture, will be equal before the law, will enjoy the same rights and opportunities, and will coexist in diversity without being discriminated against or excluded. Latin America cannot renounce its cultural diversity, which is what makes it a model for the rest of the world (...)

http://www.the-american-interest.com/ai2/article.cfm?Id=366&MId=17

The Beginning of the End
by Michael Shifter

Yes, he's still in control, but Chavez's defeat last Sunday will galvanize Venezuela's opposition movement and change his reign forever.
Friday, December 07, 2007

Even before Sunday's stunning defeat of President Hugo Chavez's constitutional reform package in Venezuela, it was clear that his rule had reached a turning point. Win or lose, Venezuela's politics had already changed in fundamental ways. The tired narrative of the astute populist soaked in oil money, railing against discredited political parties, an inept opposition, and George W. Bush had already given way to a new scenario.

Last May, Chávez failed to renew the license of a popular TV station, prompting university students to mobilize against the regime's authoritarian tendencies. Chávez ignored these signs of mounting discontent and pushed ahead with "reforms" that amounted to little more than a flagrant power grab. Once again, the students took to the streets. In contrast to the traditional opposition, the students wisely did not demand Chávez's immediate ouster, instead focusing on safeguarding democratic norms. For the first time, disparate opposition sectors were joined by vocal and credible dissident chavistas, including a recent defense minister. Their support helped create the razor-thin loss for Chávez (...)

http://www.tnr.com/politics/story.html?id=fa01d356-1492-4c78-9089-5412a5066e7d

Chavismo Without Chávez?
by Jorge Castañeda

The former foreign minister of Mexico on what the future holds for Venezuela.
Friday, December 14, 2007

The best clue as to where Venezuelan leader Hugo Chávez is headed after his country's December 2 referendum can be found by closely examining his recent erratic behavior--though it is more difficult than ever to foresee the actions of this increasingly unpredictable, though incredibly resilient, political figure.

During the weeks leading up to the vote, Chávez picked fights with everyone he could find. First, he accused José María Aznar, the former Prime Minister of Spain, of being a "fascist serpent, worse than a human being." Then, when Juan Carlos I, the Spanish monarch, asked him to "shut up," Chávez had his ally, Daniel Ortega, the Nicaraguan president, insult Spanish companies, forcing the king to abandon the room where all of this blustering was taking place, at the 17th Ibero-American Summit in Chile. Subsequently, instead of trying to mend fences with the Spaniards, the Venezuelan leader demanded that Juan Carlos apologize; needless to say, this has not occurred.

Chávez also "froze" relations with his neighbor, Colombia, after its president, Alvaro Uribe, cut off a misguided mediation effort by Chávez, whereby the Caracas caudillo would attempt to free a large number of hostages held by the FARC, the main Colombian guerrilla group. After approving it initially, Uribe put an end to the effort when he discovered that Chávez was negotiating with the Colombian military. Chávez responded with his now customary insults--Uribe was nothing more than a "puppet" of the United States--and recalled his ambassador in Bogotá. Granted, Chávez had been offending other statesmen for years now: Vicente Fox and Felipe Calderón of Mexico (he called the latter a "caballerito," or tin soldier, early this year, and questioned his electoral victory last year), Oscar Arias of Costa Rica, Alan García of Peru, the Brazilian Senate (which he has accused of being a Bush "lap-dog"), not to mention Bush himself.

We now know that behind all of this conduct lay Chávez's well-placed nervousness regarding the outcome of the referendum: He knew he was losing, and became more and more desperate over his imminent defeat. When it came--and probably by significantly more than the official, razor-thin, 1.4 percent margin--and when the Venezuelan military high command apparently "dissuaded" Chávez from trying to manipulate the results, he embarked upon an even more eccentric path. Although he initially sounded sensible and even gracious in defeat, he quickly began to lash out at his opponents, labeling their victory "full of shit," and threatening to move ahead with the legislative changes Venezuelan society had just rejected. His purported secret trip to Havana 48 hours after the vote probably did little to tranquilize him. There is every reason to believe his somewhat bipolar attitudes will continue in the next few days and weeks, at least until some type of normalcy returns to the Venezuelan political scene (...)

http://www.tnr.com/politics/story.html?id=d989ca5d-b90c-4c06-bf32-0e082036aede

LRB
15 November 2007
Slavoj Žižek
Resistance Is Surrender

(...) It is striking that the course on which Hugo Chávez has embarked since 2006 is the exact opposite of the one chosen by the postmodern Left: far from resisting state power, he grabbed it (first by an attempted coup, then democratically), ruthlessly using the Venezuelan state apparatuses to promote his goals. Furthermore, he is militarising the barrios, and organising the training of armed units there. And, the ultimate scare: now that he is feeling the economic effects of capital’s ‘resistance’ to his rule (temporary shortages of some goods in the state-subsidised supermarkets), he has announced plans to consolidate the 24 parties that support him into a single party. Even some of his allies are sceptical about this move: will it come at the expense of the popular movements that have given the Venezuelan revolution its élan? However, this choice, though risky, should be fully endorsed: the task is to make the new party function not as a typical state socialist (or Peronist) party, but as a vehicle for the mobilisation of new forms of politics (like the grass roots slum committees). What should we say to someone like Chávez? ‘No, do not grab state power, just withdraw, leave the state and the current situation in place’? Chávez is often dismissed as a clown – but wouldn’t such a withdrawal just reduce him to a version of Subcomandante Marcos, whom many Mexican leftists now refer to as ‘Subcomediante Marcos’? Today, it is the great capitalists – Bill Gates, corporate polluters, fox hunters – who ‘resist’ the state (...)

http://www.lrb.co.uk/v29/n22/zize01_.html

martes, 18 de diciembre de 2007

Guillermo Rochabrún, marxista crítico

El pasado miércoles 28 de noviembre, en el Instituto de Estudios Peruanos, presentamos el libro de Guillermo Rochabrún, Batallas por la teoría. En torno a Marx y el Perú (Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2007, 559p.). Compartimos la mesa con el autor, el director del IEP, Carlos Iván Degregori, el director de publicaciones, Marcos Cueto, María Isabel Remy y yo (Carlos Franco se excusó por no poder estar).

Ese día leí un comentario que, debidamente editado, comparto con ustedes.

* * * * *

Ha sido publicada recientemente una antología de textos de Guillermo Rochabrún, que reune trabajos dispersos y de difícil acceso, así como algunos inéditos, que permite apreciar en toda su magnitud el aporte de varias décadas de trabajo académico (Batallas por la teoría. En torno a Marx y el Perú. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2007, 559p.). Este libro es, entre otras cosas, un merecido homenaje y reconocimiento al gran maestro de generación tras generación de estudiantes de sociología de la Pontificia Universidad Católica, quien a través de los cursos de teoría nos formó como sociólogos, y a un autor importante, cuya valiosa producción lamentablemente no ha tenido la resonancia que merece.

Todos los que tuvimos el privilegio de tenerlo como profesor podemos decir que Rochabrún no solamente hace lo que debe hacer un profesor de teoría, que es reseñar autores y corrientes, y mostrar su utilidad, pertinencia y aplicación práctica. Lo que hace único a Rochabrún es que nos enseñó a pensar, a razonar, con rigor, disciplina, precisión, con un sentido profundamente crítico. Esto lo ha convertido en un auténtico maestro, por lo que tantas generaciones de estudiantes le guardamos gratitud y cariño. Evidentemente, Rochabrún está exonerado de toda responsabilidad por lo que hayamos hecho sus alumnos después...

Pero no me referiré aquí a su trabajo docente, sino a su producción académica, reunida en este libro. Dije que se trata de una producción valiosa sin la recepción, influencia, que mereció: ¿por qué? Creo que porque Rochabrún ha sido un intelectual insular y un marxista crítico. La clave de su relativo aislamiento acaso explique también su lucidez.

Respecto a su carácter insular; el autor menciona en la fascinante introducción del libro, en la que reseña su biografía intelectual (“Un marxista académico ante el espejo”), que ha sido básicamente un profesor universitario, que no ha pasado por partidos políticos, no ha trabajado en ONGs, no ha sido activista en colectivos sociales o parte de grupos intelectuales (salvo su paso por la Revista Sociedad y Política, en la que Rochabrún era un “junior” al lado de figuras como las de Aníbal Quijano o Julio Cotler), es decir, no ha tenido un grupo que haya hecho suyas sus ideas, que las defienda y promocione, a pesar de la importancia de sus aportes, como veremos a continuación. Otro asunto que explica la difusión de sus ideas es que lo fundamental de sus aportes se ubica en una perspectiva marxista crítica, lo que, en un país poco acostumbrado al debate, en medio de una comunidad académica que en cierto modo renegó del marxismo, reforzó también esta insularidad. Volveré sobre este asunto más adelante...

El texto completo en:

http://martintanaka1.blogspot.com/2007/12/guillermo-rochabrn-marxista-crtico.html

Ver también la crónica de Artemón Ospina:

http://yeltiempopaso.blogspot.com/2007/11/llegue-tarde-la-presentacion-del-libro.html

¿Revolución capitalista o capitalismo 'subdeterminado'?

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Artículo publicado en Perú21, martes 18 de diciembre de 2007


Un debate fundamental posterior a la aprobación del TLC con nuestro país, por parte del Senado de los Estados Unidos, es si el crecimiento económico será todo lo integrador que necesita para ser políticamente viable.

Una manera optimista de ver esto está expresada en el libro de Jaime de Althaus La revolución capitalista en el Perú, que comenté hace algunas semanas. Según De Althaus, las reformas orientadas al mercado -iniciadas en 1990- habrían diversificado, articulado y descentralizado el aparato productivo, por lo que el crecimiento llevaría, tarde o temprano, a una reducción notoria de la exclusión.

Para consolidar este camino, habría que hacer reformas en la estructura de la propiedad agraria, en la legislación laboral y en la administración pública, especialmente en educación y salud. Desde su propio ángulo, el presidente García ha propuesto mejorar la eficiencia del gasto y promover la inversión para consolidar el crecimiento. ¿Este es el camino?

El libro de Guillermo Rochabrún Batallas por la teoría. En torno a Marx y el Perú (Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2007, 559p.), de reciente aparición, nos da elementos para entender los límites de la "revolución capitalista".

En un texto de hace más de 30 años, el autor caracterizó al Perú como signado por un "capitalismo subdeterminado": así, "salario no significa proletariado, crecimiento no es sinónimo de acumulación capitalista, expansión del capitalismo no equivale al desarrollo inequívoco de relaciones de clase predeterminadas (... ) en una realidad como la peruana, hay que construir un análisis global que reúna capitalismo y economía de subsistencia, sin temor a ser acusados de 'neo-dualismo'".

¿Sigue siendo válido este diagnóstico? Parecería que, con el cambio de modelo económico, el sector moderno ha tenido ciertamente una gran transformación, pero coexiste con otra parte del país, muy grande, que no logra articularse a los circuitos de acumulación capitalista. Tenemos un sector vinculado a productos poco rentables, mercados aislados, con escaso acceso a información, tecnología, crédito, una población con bajos niveles educativos, por lo que no ha sido capaz de seguir las "señales del mercado" y mudar hacia otras actividades (los que pudieron, lo hicieron, como lo atestigua la intensa migración). Esto permite entender por qué, a pesar del crecimiento, persisten la pobreza y el descontento ciudadano.

Cambiar esto requeriría una agresiva política social, no de un carácter asistencial, que aumente las capacidades y oportunidades de esta población... muy poco de esto se ve hasta ahora, acaso por el diagnóstico optimista reseñado más arriba. En realidad, deberíamos pensar en que no se trata de hacer más y mejor de lo mismo, sino de hacer también otras cosas.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Revista Uruguaya de Ciencia Política, en línea

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El índice del último número:

Revista Uruguaya de Ciencia Política Nº 15, 2006

:: Artículos:

...Margaret Levi: Modelando Procesos Históricos Complejos con Narrativas Analíticas
... Constanza Moreira: Sistemas de Partidos, Alternancia Política e Ideología en el Cono Sur
... Verónica Pérez: “52% del Electorado, 11% del Parlamento”: Factores Culturales y Representación Política Femenina en Uruguay
... Pablo Martínez: Subordinación Vs. Autonomía: Selección de Candidatos en Canelones. 1999-2004
... Carmen Estrades: Opinión Pública y Mercosur: Conocimiento y Apoyo de los Uruguayos al Proceso de Integración Regional
... Lilia Ferro Clérico, Wilson Fernández Luzuriaga y Diego Hernández Nilson: La Estrategia de Inserción Internacional de Uruguay en el Gobierno del Frente Amplio
... Pedro Narbondo: Reflexiones Críticas Sobre el Universalismo Básico.

:: Notas de Investigación:

.. María Frick: La Ciencia Política Electrónica. Introducción a un Nuevo Campo de Investigación.

:: Comentarios y reseñas críticas:

.. Jorge Lanzaro (coord.): La Izquierda Uruguaya Entre la Oposición y el Gobierno. (por Andrés Malamud).
.. Daniel Buquet (coord.): Las Claves del Cambio. Ciclo Electoral y Nuevo Gobierno 2004/2005. (Por Miguel de Luca).
.. Constanza Moreira: Final del Juego. Del Bipartidismo Tradicional al Triunfo de la Izquierda en Uruguay. (por Hugo Borsani).
.. Jaime Yaffé: Al Centro y Adentro. La Renovación de la Izquierda y El Triunfo del Frente Amplio en Uruguay. (por Daniel Chasquetti).
.. Adolfo Garcé: Donde Hubo Fuego. El Proceso de Adaptación del MLN-T a la Legalidad y a la Competencia Electoral (1985-2004). (por Jaime Yaffé).


En línea están los números 8-15:

http://www.fcs.edu.uy/icp/revista.htm

jueves, 13 de diciembre de 2007

Para los hinchas de Martha Nussbaum...


Q&A
Martha Nussbaum Interview by Rosanna Greenstreet
Saturday October 27, 2007, The Guardian

What was your most embarrassing moment?

When I was four I joined a group of girls who were talking about their party dresses. I thought they were imagining, so I imagined a fantastic pink velvet dress with lots of jewels. But they were simply describing what they actually wore, and they had utter contempt for my obvious fiction. After that, I never joined a group again.

What is the worst thing anyone's said to you?

Nothing any non-intimate would say would bother me; I wouldn't tell you if an intimate said anything hurtful.

If you could go back in time, where would you go?

I'd like to be a student in Rabindranath Tagore's school in Santiniketan in around 1915, dancing in the dance-dramas he wrote.

How would you like to be remembered?

I've always liked John Stuart Mill's reported last words: 'I have done my work.' I would like people to say that of me.


Q&A completo en:

http://www.guardian.co.uk/weekend/story/0,,2198680,00.html

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Bernard-Henri Levy: "La izquierda está enferma de derechismo"

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PARIS.-¿Por qué ser fiel a una izquierda que se derrumba? ¿Por qué negarse a cruzar la frontera ideológica y pasarse con bandera y banda al sarkozismo triunfal, como hicieron muchos de sus amigos? Esas preguntas sirven de hilo conductor al filósofo francés Bernard-Henri Lévy para hacer un balance sin concesiones del estado de la izquierda en Francia y tratar de identificar las razones de la derrota socialista en las elecciones presidenciales de abril y mayo pasados.

El más célebre, el más mediático de los llamados “nuevos filósofos”, responde a esos interrogantes en su reciente libro Ce grand cadavre tombé à la renverse (“Ese gran cadáver caído de espaldas”), fórmula utilizada por Jean-Paul Sartre para calificar a la izquierda cuando escribió el prefacio del libro Aden Arabie, de Paul Nizan, en 1960.

Solicitado por Nicolas Sarkozy para que publicara un artículo de apoyo a su candidatura durante la reciente campaña electoral –como habían hecho André Glucksmann y Alain Finkielkraut–, Lévy confiesa haber explicado al entonces candidato presidencial que, “a pesar de la amistad que los une” desde 1983, le resultaba imposible apoyarlo. “Después de todo –argumentó–, la izquierda sigue siendo mi familia.”

A partir de esa conversación, BHL –como se lo conoce en Francia– se lanza a un meticuloso análisis interior con el fin de descifrar sus razones más íntimas para ser de izquierda. Desfilan así imágenes, acontecimientos y reflejos que marcaron su vida, transformándose en elementos constitutivos de su personalidad: mayo de 1968, el escándalo Dreyfus, la guerra de España, el anticolonialismo, el antisemitismo –que no consigue separar del antirracismo– y la libertad, que no consigue separar de la igualdad.

Pero la parte más importante del libro quizás sea la última, donde hace un balance de “ese campo de ruinas” en que se ha transformado la izquierda actual.

Es verdad –afirma–, la izquierda rompió con la versión clásica de la tentación totalitaria, “el socialo-comunismo”. Pero de esas ruinas apareció otra tentación totalitaria que ya no se inspira en la extrema izquierda, sino en la derecha, incluso en la extrema derecha. Para Bernard-Henri Lévy, la izquierda está enferma. Es víctima de su fascinación por la nación y la bandera, de su antieuropeísmo, de su antinorteamericanismo, de su antiliberalismo, de su antisemitismo, de su fasci-islamismo…

“La izquierda está enferma de derechismo, ésa es la verdad”, resumió en una entrevista exclusiva con LA NACION en París.


Ver la entrevista en: http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/enfoques/nota.asp?nota_id=969190

martes, 11 de diciembre de 2007

El fujimorismo y la selección peruana de fútbol


Artículo publicado en Perú21, martes 11 de diciembre de 2007

Esta semana, la opinión pública nacional está impactada por dos acontecimientos: el inicio de los juicios al ex presidente Fujimori y la revelación de la magnitud de la indisciplina y de la complicidad de muchos respecto de las faltas de los jugadores de nuestra selección peruana de fútbol. Algunos piensan que el segundo tema podría funcionar como un distractor respecto de la importancia del primero; por el contrario, yo veo ambos temas estrechamente relacionados. En realidad, estamos hablando de lo mismo.

La semana pasada, el arquero Diego Penny y el delantero Reimond Manco, entre otros, declararon que les parecía que el problema de la indisciplina había sido magnificado, ya que "si hubiéramos ganado ante Ecuador, nadie estaría hablando de esto".

Probablemente tienen razón en esto último, pero de ello no se deduce que está bien mantener la complicidad con la indisciplina a cambio de algunos mediocres empates y uno que otro triunfo excepcional. Por el contrario, lo que las revelaciones de Jaime Bayly demuestran es que los pésimos resultados de nuestro fútbol son consecuencia de muchos años en los que no se ha respetado a la autoridad ni las reglas, y más bien hubo tolerancia y complicidad con las 'travesuras' de nuestros jugadores.

El sentido común que expresan estos deportistas es el mismo que inspiró al fujimorismo y a sus seguidores. El fujimorismo legitimó la falta de respeto a la Constitución, a las normas, a las instituciones, a cambio de algunos resultados que en el corto plazo parecían muy grandes, pero que con los años vemos que no lo eran: la derrota del terrorismo, por ejemplo, no fue resultado de la acción de Fujimori y de Montesinos, sino de un trabajo policial iniciado durante el gobierno de García; y las reformas económicas se vieron perjudicadas, no favorecidas, por el golpe de Estado de 1992 y por el intento de re-reelección. Sin embargo, mientras las cosas parecían funcionar, no se hacía mucho escándalo por estas tropelías, evaluadas por algunos como necesarias. Con la perspectiva que da el tiempo, podemos ahora entender que los males que limitan nuestro desarrollo hoy son consecuencia precisamente de la destrucción de las instituciones, del debilitamiento del Estado, de la entronización de un sentido común según el cual era lícito 'meter la yuca' a los 'caídos del palto', lo que pulverizó nuestro capital social.

Los juicios a Fujimori empezaron ayer y, próximamente, la Comisión de Justicia de la Federación Peruana de Fútbol considerará qué medidas y sanciones tendrá que tomar. En ambos casos, está en juego el sancionar con tibieza y mantener la complicidad implícita con prácticas que nos han llevado al foso en el que estamos; o asumimos que hemos tenido que caer a lo más bajo para poder atrevernos a hacer cambios profundos de una buena vez.

AMPLIACIÓN:

La imagen de Carlín tomada de:
http://www.larepublica.com.pe/component/option,com_humor/id,31/Itemid,653/

Ver también artículo de Rosa María Palacios,
http://www1.peru21.com/comunidad/Columnistas/html/palaciosindex.html

y de Abelando Sánchez
http://www1.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-12-12/crimen-y-castigo.html

lunes, 10 de diciembre de 2007

Lecturas de domingo: Alfonso Quiroz, Adam Przeworski y NYT Magazine

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Una sugerencia que me hizo llegar Nicanor Domínguez:

Revista de Indias, Vol LXVI, No 236 (2006)

Redes de alta corrupción en el Perú: poder y venalidad desde el Virrey Amat a Montesinos

Alfonso W Quiroz

Resumen

Sobre la base de adelantos empíricos y teóricos recientes en el estudio de las redes de corrupción, se investigan las evidencias históricas del accionar de grupos y redes que, en distintos contextos económicos y políticos, se apropiaron de recursos públicos para beneficio particular. Se indaga asimismo las íntimas vinculaciones de estas redes con líderes políticos en pos del poder ofreciendo a cambio recompensas venales que distorsionan reglas e incentivos favorables al desarrollo institucional y económico. Se detectan diversas adaptaciones de estas redes en respuesta a distintas fases de modernización económica y financiera, al igual que significativos legados de una generación de redes y agentes corruptos a otra.

Texto completo en:

http://revistadeindias.revistas.csic.es/index.php/revistad
eindias/article/view/368/439


Ver también la entrevista a Adam Przeworski, en Clarín. Me quedo en particular con este comentario:

Przeworski explica que no es la función de los expertos señalar cuál es el mejor camino o la receta más indicada sino dar buenos argumentos a favor y buenos argumentos en contra. Luego, es siempre el político quien decide. Recuerda una anécdota: "Yo participé una vez en un seminario entre la primera elección y la asunción de Fernando Henrique Cardoso en Brasil. Había allí una veintena de antiguos amigos, intelectuales, economistas y politólogos. Se discutía el tipo de cambio y el presidente electo pedía opiniones. Todos coincidían en ciertos diagnósticos, pero unos postulaban mantener el tipo de cambio fuerte y otros planteaban la deflación. Después de tomar el avión me atreví a preguntarle: 'Fernando, ¿qué vas a hacer?, tú sabes menos de economía que yo y yo no sabría qué hacer'. Y él me dijo: 'mira, ahora voy a escuchar a la gente de más confianza'. Esa fue su respuesta".



http://www.clarin.com/suplementos/zona/2007/12/09/z-04415.htm

Ver también el siempre fascinante especial del NYT Magazine dedicado a las mejores ideas del año:

For the seventh consecutive December, the magazine looks back on the passing year through a special lens: ideas. Editors and writers trawl the oceans of ingenuity, hoping to snag in our nets the many curious, inspired, perplexing and sometimes outright illegal innovations of the past 12 months. Then we lay them out on the dock, flipping and flopping and gasping for air, and toss back all but those that are fresh enough for our particular cut of intellectual sushi. For better or worse, these are 70 of the ideas that helped make 2007 what it was. Enjoy.

http://www.nytimes.com/pages/magazine/index.html

sábado, 8 de diciembre de 2007

El método socrático

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(ver abajo ampliación del domingo 9 de diciembre)

Termina el semestre en la universidad, y quiero compartir algunas reflexiones y frustraciones, siguiendo con el post anterior y sus comentarios:

http://martintanaka.blogspot.com/2007/12/la-clave-la-habilidad-o-el-esfuerzo.html

Recibí un comentario que quiero comentar con mayor amplitud:

Mallory dijo...

Creo que es útil siempre analizar qué tipo de alumnos somos y hacer un esfuerzo de análisis metacognitivo acerca del cómo aprendemos, lo que ciertamente revela mucho de nuestra personalidad. Sin embargo, me parece necesario también que profesores en la universidad reflexionen acerca del cómo enseñan y qué estrategia utilizan para llegar a nosotros los alumnos. En la mayoría de casos he tenido la suerte de tener a profesores sin duda muy inteligentes y con un bagaje intelectual muy amplio (lo cual lo incluye a usted), pero creo que la mayoría hace su clase muy a los que los gringos llamarían "teacher- centered" y no "student-centered". Me pregunto si los profesores han escuchado alguna vez la voz de aquel alumno sentado en un rincón, que asiste a clases pero jamas habla. Un buen ejercicio puede ser medir el tiempo en que un profesor habla en clase y el tiempo en el que los alumnos lo hacen. En la mayoría de clases, el primer número sobrepasa abrumadoramente al segundo. Es cierto... esto puede ser un asunto que le compete al deseo de aprender de los alumnos (y cómo estos entienden su propio aprendizaje), pero es necesario también que todo profesor reflexione acerca de la manera de impulsar o facilitar este deseo en quienes deberían ser el objetivo de toda educación.

diciembre 08, 2007 12:28 AM



Muy buen comentario. Los profesores tenemos también que evaluar críticamente nuestro desempeño. Touché. A propósito de esto, quiero compartir, como decía, algunas reflexiones y frustraciones.

"... la mayoría hace su clase muy a los que los gringos llamarían "teacher- centered" y "student-centered". Y me pregunto si los profesores han escuchado alguna vez la voz de aquel alumno sentado en un rincón, que asiste a clases pero jamas habla".

Quisiera decir algo sobre esto. Poder interactuar con los estudiantes, tener una clase participativa, es una bendición, experiencia que me ha tocado sólo excepcionalmente. Reconozco que yo siento que he fracasado en mis intentos en ese sentido.

Una salida fácil es hacer exponer a los alumnos en clase. Siempre he estado en desacuerdo con eso, primero como estudiante, ahora como profesor. Siempre pensé que esa dinámica es un recurso de profesores a los que les da flojera preparar clases. Pensaba eso como estudiante y lo pienso ahora como profesor (obviamente, este comentario no se aplica para las sesiones de práctica, que son totalmente diferentes). Sé que no necesariamente es así; yo mismo recuerdo haber llevado un excelente curso basado en exposiciones con Alberto Flores Galindo; pero diría que así es en la abrumadora mayoría de los casos. Para que esto funcione, se requiere de mucho compromiso de los estudiantes... que es algo que solo ocurre de vez en cuando. Por eso no me gusta la dinámica de clases basadas en exposiciones.

Para mí lo ideal es hacer una clase fruto del diálogo entre profesor y estudiantes. Lo que se conoce como "método socrático", que utilizan principalmente en facultades de derecho, universides como Harvard y Princeton, y que el gran público conoce a través del cine y la televisión. ¿Se acuerdan de la serie "The Paper Chase", y del profesor Kingsfield? (en español se llamaba "Alma mater".

http://www.princetonreview.com/law/research/articles/life/socratic.asp

http://www.imdb.com/title/tt0077058/

Siempre soñé con poder hacer algo parecido. Sin embargo, este tipo de método puede ser muy bueno, como muy malo:

"At its best, this approach forces a reasonably well-prepared student to go beyond the immediately apparent issues in a given case to consider its broader implications. The dialogue between the effective Socratic instructor and his victim-of- the-moment will also force non-participating students to question their underlying assumptions of the case under discussion. It also hones the law student's critical reasoning skills and prepares her to litigate before tough judges.

At its worst, the Socratic Method subjects an unprepared student to ruthless scrutiny and fosters an unhealthy adversarial relationship between an instructor and his students".

Mi experiencia (frustrante) es que, para que este método funcione, los estudiantes tienen que llegar a clase habiendo leído, digerido, las lecturas sobre las que se va a debatir, y preparado intervenciones, preguntas y temas de debate. Con gran frustración he llegado a la conclusión de que parece imposible pretender que los estudiantes lean lo que tienen que leer cada semana. Y si no han leído, el método socrático termina en una pura confrontación entre profesor y alumno, o termina en pura palabrería, en una conversación de café. Por eso suelo caer en algo que tampoco me gusta, una dinámica que Mallory probablemente llamaría "teacher- centered".

En mi experiencia universitaria en la PUCP, quien ha logrado sacar adelante una metodología "student-centered" sería Guillermo Rochabrún, en sociología. Aparentemente, para que esto funcione, se tiene que tener una voluntad de hierro, de lo que yo lamentablemente carezco, y tirar portazos de vez e cuando. Reconozco que yo no he podido estar a esa altura.

Mi solución al problema de estudiantes que no leen ha sido tomar controles de lectura sin previo aviso, pero ha sido una solución insatisfactoria. Igual no se lee a conciencia, se lee "para el control", a lo más; y cuando los estudiantes intuyen que no hay control, muchos simplemente no asisten a clase. La dinámica gira en torno al control, a la nota, y no tanto en torno al interés de aprender.

En fin, como ven, la experiencia docente este semestre me ha dejado muy frustrado. Inasistencias, alumnos que llegan descaradamente tarde, que no apagan sus celulares, que se duermen en clase (de lo que seguramente yo también tengo responsabilidad), etc. Felizmente, siempre hay algunos, pocos, que hacen que uno mantenga, a pesar de todo, interés en la docencia.

Agradeceré comentarios y sugerencias de colegas y estudiantes. Claro, yo intenté tener una sesión franca de evaluación del curso que dicté este semestre con los estudiantes, pero... de 25 matriculados, apenas asistieron seis a la última clase. Soy conciente de que seguramente gran parte de la responsabilidad es mía, pero creo que también los estudiantes tienen que hacer una evaluación autocrítica de su desempeño.


COMPLEMENTO:

Encontré en la página orgtheory.net consejos para profesores, me parecieron muy útiles y pertinentes para lo que estamos discutiendo:

http://orgtheory.wordpress.com/2007/12/10/grad-skool-rulz-16-about-teaching/

Ver también los consejos para estudiantes, muy buenos también:

http://orgtheory.wordpress.com/grad-skool-rulz/

viernes, 7 de diciembre de 2007

La clave: ¿la habilidad o el esfuerzo? (consejos para estudiantes)

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Sigo con "consejos para estudiantes"; esto es tomado del blog orgtheory.net, un artículo de Carol S. Dweck:

http://orgtheory.wordpress.com/2007/12/06/you-definitely-need-more-than-talent/

"(...) I developed a broader theory of what separates the two general classes of learners—helpless versus mastery-oriented. I realized that these different types of students not only explain their failures differently, but they also hold different “theories” of intelligence. The helpless ones believe that intelligence is a fixed trait: you have only a certain amount, and that’s that. I call this a “fixed mind-set.” Mistakes crack their self-confidence because they attribute errors to a lack of ability, which they feel powerless to change. They avoid challenges because challenges make mistakes more likely and looking smart less so. Like Jonathan, such children shun effort in the belief that having to work hard means they are dumb.

The mastery-oriented children, on the other hand, think intelligence is malleable and can be developed through education and hard work. They want to learn above all else. After all, if you believe that you can expand your intellectual skills, you want to do just that. Because slipups stem from a lack of effort, not ability, they can be remedied by more effort. Challenges are energizing rather than intimidating; they offer opportunities to learn. Students with such a growth mind-set, we predicted, were destined for greater academic success and were quite likely to outperform their counterparts.

We validated these expectations in a study published in early 2007. Psychologists Lisa Blackwell of Columbia University and Kali H. Trzes niewski of Stanford University and I monitored 373 students for two years during the transition to junior high school, when the work gets more difficult and the grading more stringent, to determine how their mind-sets might affect their math grades. At the beginning of seventh grade, we assessed the students’ mind-sets by asking them to agree or disagree with statements such as “Your intelligence is something very basic about you that you can’t really change.” We then assessed their beliefs about other aspects of learning and looked to see what happened to their grades.

As we had predicted, the students with a growth mind-set felt that learning was a more important goal in school than getting good grades. In addition, they held hard work in high regard, believing that the more you labored at something, the better you would become at it. They understood that even geniuses have to work hard for their great accomplishments. Confronted by a setback such as a disappointing test grade, students with a growth mind-set said they would study harder or try a different strategy for mastering the material.

The students who held a fixed mind-set, however, were concerned about looking smart with little regard for learning. They had negative views of effort, believing that having to work hard at something was a sign of low ability. They thought that a person with talent or intelligence did not need to work hard to do well. Attributing a bad grade to their own lack of ability, those with a fixed mind-set said that they would study less in the future, try never to take that subject again and consider cheating on future tests".


Creo que de esto podemos sacar lecciones valiosas. Siempre he creído que la inteligencia como virtud está sobreestimada. En la vida universitaria y académica la inteligencia ciertamente es importante; pero creo más en el trabajo, la perseverancia, la humildad. Además, ellos pueden ayudar a desarrollar la inteligencia. La inteligencia sin trabajo y perseverancia queda en la promesa de algo que nunca llega a realizarse, a concretar. Pasecitos, huachitas, pero sin remates y sin goles. Sin humildad, sin reconocer nuestras limitaciones, nunca las superaremos.

Como dice el artículo, sobreestimar la inteligencia o entenderla como algo innato, que se tiene o no se tiene, hace no valorar el esfuerzo, hace temer la posibilidad de equivocarse (porque eso demostraría que no se tiene aquello que no se puede adquirir), lo que inhibe el arriesgarse y experimentar. Acaso por eso estudiantes brillantes no terminan haciendo sus tesis, o satisfaciendo las expectativas que despiertan. Y terminan cubriendo sus falencias con palabrería u otras coartadas, un arte que sí descansa en una suerte de habilidad innata. Lo importante no es tanto aprender, sino parecer inteligente; lo que lleva a no exponerse a situaciones donde uno podría mostrarse tal cual uno es en realidad, lo que lleva a buscarse un entorno mediocre. Aquí lo mejor es ser la cabeza de ratón.

Por el contrario, entender correctamente que es la práctica la que hace al maestro, lleva a esforzarse, trabajar, y avanzar sobre la base del ensayo y el error. No hay que tener miedo a equivocarse. Lo importante es aprender de la experiencia. La cosa es producir, atreverse, a veces acertaremos y a veces nos equivocaremos, pero a la larga avanzaremos. La cosa es perseverar, buscarse un entorno del cual uno pueda aprender, es decir, buscar a quienes son mejores que uno, no iguales o peores. Es mejor ser cola de león. Así es como se avanza.

Digamoslo así: por ejemplo, la mejor experiencia al asistir a una conferencia no es escuchar cosas de las que uno ya sabe, o constatar que uno conoce y está al tanto de los términos del debate; es cuando uno descubre la magnitud de su ignorancia; cuando uno descubre territorios totalmente inéditos, caminos totalmente inimaginados. Ese es el momento en el cual uno empieza el aprendizaje.

Esto que funciona para los estudiantes funciona también para uno, y para los colegas, ciertamente.

COMPLEMENTO:

Eduardo Dargent me recomendó leer un artículo del NYT que viene a cuento: ¿qué tipo de estudiantes y qué tipo de habilidades promueve el sistema educativo? Esos estudiantes con esas competencias, ¿son los que se necesitan para enfrentar nuestros problemas? Se necesita inteligencia, trabajo, disciplina, pero también independencia, sentido crítico, iniciativa... "Perhaps it’s simply impossible for a top-down memorization-based elite to organize a flexible, innovative information economy, no matter how brilliant its members are".

http://www.nytimes.com/2007/12/04/opinion/04brooks.html?ex=1197435600&en=5c7d3c6f0877c735&ei=5070&emc=eta1

jueves, 6 de diciembre de 2007

Venezuela: evaluaciones de la derrota

Muy interesante el debate, al interior del chavismo, sobre las razones de la derrota. Ver por ejemplo "Después de los resultados del referendo sobre la reforma constituciona. Derrota estratégica en Venezuela; peligro mortal para Bolivia y Cuba", de Heinz Dieterich.

"La causa principal de la derrota en Venezuela es el sistema vertical de conducción del proceso bolivariano. Esto es evidente en sus tres instancias formales, en las cuales el Presidente no tiene contrapeso alguno: el parlamento, el gabinete y el partido. El parlamento (Asamblea Nacional) es, esencialmente una caja de resonancia de la voluntad presidencial donde los diputados, controlados por tres “capataces”, dicen “sí” a todo lo que él plantea, aunque sea inviable. La responsabilidad de esta situación reside en parte considerable en los diputados oficialistas, que no quieren perder sus prebendas (...)

Lo mismo sucede en el partido de Estado (V República, hoy PSUV) y en el gabinete. La relación del Presidente con los ministros del gabinete es bilateral, no colectiva. No asiste a las reuniones del gabinete, donde, en consecuencia, las fracciones más poderosas de la Nueva Clase Política (NCP) se las arreglan entre sí, dentro de los lineamientos generales del Presidente y bajo su poder de veto.

La fracción dominante de la Nueva Clase Política ---cuyos tentáculos van del control del aeropuerto de Caracas vía las influencias en los servicios de inteligencia, en la Cancillería y en los nombramientos de los generales de las FAN, hasta fuertes activos económicos--- es la que encabeza el gobernador del estado Miranda, Diosdado Cabello.

El sistema presidencial de dominación del gabinete, que se basa en la sustitución de la negociación en bloque por la negociación bilateral, y el reconocimiento de su poder de veto, se fundamentaba en dos elementos: el oportunismo material y de poder de los ministros ---la Venezuela bolivariana es, probablemente, la única democracia burguesa, donde nunca ha renunciado un ministro--- y la conciencia compartida, de que la única garantía del poder era la popularidad del Presidente. Al menos la segunda premisa está ahora en tela de juicio.

La ventaja de este sistema para el Presidente era la discrecionalidad del poder y una cierta distancia de los casos de corrupción, ineptitud de los ministros y falta de seriedad en los debates del gabinete. Estando ausente, nada de eso era responsabilidad directa suya. Sucedían cosas, como cuando un ministro de finanzas entró a la sesión y dijo: “Tengo tantos y tantos miles de millones de bolívares. Presenten sus propuestas. Están autorizadas de antemano.”

El precio político que pagó el Presidente por ese sistema de conducción fue la falta de información sobre la realidad, y el relleno del gabinete y de su entorno en Miraflores, de oportunistas de la NCP que, aunque muchas veces ineptos para los cargos escogidos, garantizaban el control burocrático del proceso, mas no la cercanía al pueblo. Un anillo adicional que le filtra la realidad es el del sistema de Miraflores, donde, por ejemplo, los inspectores que él puede enviar para investigar un problema, pasan por el cuello de botella del Ministerio de la Presidencia. Algo semejante pasaba con los análisis de la “Sala situacional” del Palacio donde, además, pasaron por el control de unos jóvenes “asesores” extranjeros (españoles, franceses), sin experiencia ni nivel político, pero con muy sabrosos sueldos.

Esa situación cortesana se reprodujo a nivel internacional, generándose un circuito internacional de aplaudidores intelectuales individuales, alimentados con premios culturales absurdos de 150.000 y 100.000 dólares, y colectivos, como algunas páginas web de izquierda, que suprimen o marginan todo debate crítico sobre el desarrollo de los procesos progresistas en Venezuela, Cuba y Bolivia (...)

El producto que se le pretendía “vender” a la ciudadanía, la reforma constitucional, era deficiente; de hecho, tan deficiente que solo se logró convencer a una cuarta parte del electorado. Había cláusulas tácticas absurdas, como la ampliación del período presidencial de seis a siete años; elementos económicamente inviables como la jornada de seis horas y propuestas estructurales, como la refundación del Estado sobre consejos comunales, cuya implementación presuponía la existencia de una dictadura revolucionaria en Venezuela, para la cual no hay condición alguna. En toda la historia latinoamericana solo ha habido dos dictaduras revolucionarias: la cubana, desde 1960 hasta mediados de los años setenta, y la del Dr. Gaspar Francia en el Paraguay del siglo pasado.

La reforma constitucional era un producto del exceso de confianza del oficialismo que creía que con la popularidad del Presidente ---quien, inclusive en una fase crucial del proceso, se ausentó durante una semana del país---, y los fuertes aumentos salariales a médicos, maestros y otros sectores sociales, con abundantes aguinaldos, el regalo de la jornada de seis horas y el ambiente navideño, iba a pasar".

Texto completo en:

http://www.aporrea.org/tiburon/a46125.html

Tomado de:

http://www.anajuliajatar.com/index.php?title=habla_el_ideologo_del_socialismo_del_sig&more=1&c=1&tb=1&pb=1

martes, 4 de diciembre de 2007

Carlos Meléndez y el perro del hortelano

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El hortelano es el “otro”
Carlos Meléndez

Hugo Neira (La República, 27 de Noviembre) le ha dado otro tipo de lectura a la metáfora del hortelano, a la que el Presidente Alan García ha recurrido últimamente en lo que podríamos llamar su primer “psicosocial para intelectuales”. De acuerdo con Neira, la virtud del artículo de García es que ha puesto a los peruanos frente a sí mismos, y que revierte el debate: antes de pensar en el “buen gobierno”, deberíamos reflexionar sobre la “buena sociedad”.

Efectivamente, los comentarios que he leído sobre el artículo presidencial han criticado, en su mayoría, el enfático “giro a la derecha” que toma claramente el gobierno. Era el tipo de debate más esperado, quizás a la vez el más sencillo. Los cuestionamientos a García se basan en falsas suposiciones: se lo ve ejecutando una “negación doctrinaria de Haya de la Torre” (Sinesio López) o una “cruel burla a la revolución social aprista” (Breña). Si tratamos de analizar asépticamente el giro programático o ideológico del APRA, lo encontramos hasta cierto punto normal y sin pie para el escándalo. Por el contrario, demuestra una capacidad de adaptación (para algunos tardía) a las macro políticas post ajuste y es la evidencia que el partido de la estrella busca reestructurar sus coaliciones sociales apuntando no solo al empresariado primario-exportador, sino también a un elector integrado al sistema, con mecanismos de defensa en la cotidianeidad del capitalismo y con iniciativa mercantil. ¿Cuál es el problema? El Justicialismo argentino, el Socialismo chileno y el Partido de los Trabajadores brasileño lo hicieron; el APRA quiere lo suyo (lo cual abre un espacio a opciones enfocadas en la redistribución).

Volvamos a Neira, quien prefiere enfocar el aspecto sociológico de la metáfora presidencial: el desencanto y la insatisfacción social “no se expresan por sí mismas sino por especialistas de la representación no legitimada”. Es decir, es un intento de ponerle rostro al “perro del hortelano”, que no serian las elites con capacidad de influir en la política nacional, sino mas bien estos “brokers” circunstanciales, pragmáticos, particularistas que capitalizan los conflictos sociales y, evolucionados en “lobos”, “…encabezan universidades, alcaldías, gobiernos regionales”, es decir, la representación política misma. Quizás García exagera al dotar a esa oposición social de una “ideología trasnochada”. Ni siquiera cuentan con ello. En muchos casos, la ideología se ha convertido en un vago recuerdo, en un reflejo tímido, donde sobra el inmediatismo y el corto plazo, y donde la otrora reivindicación social se convierte en una fuente de beneficios particulares. Son los primeros en haber “privatizado” la demanda social.

García, en “El perro del hortelano II”, ahonda más en este punto cuando describe el patrimonialismo que padecen tanto el Estado, las instituciones y las personas: “…esa voluntad de no ceder ningún espacio…el grupo que captura el poder, la región o el municipio, que decide gobernar solo” y en beneficio propio. De este modo, un país sin articulaciones sociales ni políticas, solo encuentra archipiélagos patrimonialistas desconectados de un centro autista, sin un proyecto que los enlace.

¿Ha querido acaso García emprender la autocritica? El APRA no deja de ser ejemplo de ese patrimonialismo que como cultura política ha penetrado tanto a las instituciones (las ONG no se salvan) como a su propio gobierno. Esa argolla ciega e interesada (“angurrienta” para hablar en la jerga contemporánea) que hace del “gobernar con mi propio equipo” un lema de ineficiencia. Un amigo abogado licenciado de una universidad de prestigio me contaba que, cansado de Lima, se presentó a un concurso público como asistente de fiscal en Trujillo (puesto para el que estaba sobre-calificado) y que ni siquiera fue considerado en su primera fase por no pertenecer precisamente a ese equipo patrimonialista que García describe en general, pero que también existe dentro de su partido. Resulta que el “hortelano” es el “otro”, pero también uno mismo.

García plantea soluciones económicas, coherentes dentro de su giro programático. Pero tan importante como la política económica es la cohesión social y política. El Presidente olvida plantear medidas al nivel de la reestructuración del entramado social que como todos sabemos (incluido los marxistas) no es producto inmediato ni reflejo de las estructuras económicas. En sus propuestas, no dedica ni una sola palabra a su partido y la responsabilidad que éste tiene para restablecer mediaciones políticas ordenadas y enraizadas en la sociedad, que permitan contener la “anomia”, como diría Neira. Porque precisamente la vitalidad del “perro del hortelano” es consecuencia, entre otros motivos, de los vacíos dejados por los partidos políticos nacionales. A nivel programático están claras las ideas (estemos o no de acuerdo con ellas), pero hay un gran silencio en torno a la estructuración de la política en la sociedad (por ejemplo, urge una evaluación de la Ley de Partidos Políticos). Al APRA, a quien todavía podemos llamar partido, se le puede exigir una respuesta en este nivel. A la izquierda, que debate con solvencia desde columnas y blogs, que por lo menos saque el 5% en las próximas elecciones.


AMPLIACIÓN: ver también el artículo de Hugo Neira:

http://www.larepublica.com.pe/content/view/190754/481/

2011: ¿punto de inflexión?


Artículo publicado en Perú21, martes 4 de diciembre de 2007

Participé en la 45ª CADE, en Trujillo, en un conversatorio sobre los escenarios posibles en 2011. Las elecciones de ese año marcarán la continuidad del camino que seguimos en lo económico desde 1990 o la posibilidad de un cambio hacia la senda de países vecinos como Venezuela, Bolivia o Ecuador. Algunos piensan que no tiene sentido angustiarse: en tanto la economía siga creciendo, los beneficios serán más evidentes. La pobreza y la exclusión social se reducirán y, por lo tanto, quienes apelen políticamente a ellas tendrán menos opción. Para que esto sea posible, la clave es mejorar la eficiencia del gasto y promover la inversión, y en esa dirección van las propuestas "para superar al perro del hortelano". La apuesta del presidente García es compartida por el 51% de los asistentes a la CADE, según una encuesta de Apoyo. Para el año 2011, el lema es ¡esta vez sí la hacemos!

Esto me parece un exceso de confianza. Veamos la evidencia: la economía lleva ya varios años creciendo, pero la insatisfacción frente al desempeño de las instituciones no mejora. El crecimiento se ha intensificado durante la presidencia de García, pero la aprobación a su gestión sigue bajando, y la distribución geográfica de esta reproduce los patrones de votación de 2006. Esto sugiere que el tipo de crecimiento que tenemos no solucionará por sí solo los problemas de pobreza y de exclusión. Lo que probablemente ocurrirá es que a los que les va bien les irá mejor, y a los que les va mal les seguirá yendo mal, con el agravamiento de que habría un empeoramiento en cuanto a la distribución de la riqueza.

De aquí al 2011 parece que no hay mucho problema, dados los problemas de acción colectiva de los pobres y excluidos, así como por la debilidad de la oposición. Pero, en los procesos electorales, ellos tienen poder de veto; pueden elegir un líder antisistema. Y en tanto no haya una reforma política, la volatilidad y la incertidumbre seguirán siendo la pauta.

¿Qué se puede hacer? Un elemento es clave: la política social. La semana pasada mencioné cómo en cuatro años ella permitió que las bases electorales del presidente Lula cambiaran sustancialmente, entrando fuertemente al mundo rural del nordeste. Un ejemplo de signo político contrario lo tuvimos con Fujimori: entre el referéndum de 1993 y 1998 es claro cómo sus bases de apoyo pasaron de ser limeñas y urbanas a ser también rurales, como consecuencia de Foncodes y otros programas.

¿Veremos de aquí al 2011 el aumento en los niveles de aprobación a la gestión del presidente y de respaldo a las instituciones en la sierra centro-sur o en el oriente? Siguiendo con la inercia actual, no veo cómo. Y si el presidente se propone llegar a ese escenario, ¿lo podrá hacer con la coalición política actualmente en el poder?


AMPLIACIÓN: una reseña de la mesa de debate en:

http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/html/2007-12-03/habra_el_2011_un_punto_de_inf.html

Una reseña de la CADE en:

http://mundojuridico1.blogspot.com/2007/12/cade-2007-en-upao.html

(de allí saqué la foto)