lunes, 8 de diciembre de 2014

El último Quehacer

Artículo publicado en La República, domingo 7 de diciembre de 2014

Acaba de salir publicado el número 195 de la revista Quehacer, y se nos informa que será el último. La revista de DESCO, fundada en 1979 por Henry Pease, es cerrada por Abelardo Sánchez León, su director durante los últimos 16 años, 35 años después. Otros directores, de DESCO y de la revista, fueron Federico Velarde, Marcial Rubio (entrevistado en el último número) y Luis Peirano, respaldados por el “eterno editor” Juan Larco.

Tuve el orgullo de publicar allí seis artículos entre 2002 y 2008, y de ser entrevistado en una ocasión en 2011; orgullo porque para mí, y creo que para toda mi generación, Quehacer fue lectura obligatoria desde nuestros años universitarios en la década de los años ochenta. Las editoriales de Henry Pease, los artículos sobre Sendero Luminoso de Raúl González, las crónicas de José María Salcedo, las secciones cultural e internacional eran siempre esperadas. En esa década Quehacer era un referente de los debates políticos e intelectuales en el campo de la izquierda, en su versión más moderada; después la revista perdió intensidad y centralidad, pero siempre se mantuvo como un espacio para la reflexión y el debate de lo mejor de las ciencias sociales peruanas.

Recuerdo con especial admiración, por citar un ejemplo, el número 42 de la revista, de agosto-setiembre de 1986, donde uno podía encontrar una crítica de Javier Iguíñiz a la política económica de Alan García; una crítica de Carlos Franco a las críticas a García desde la izquierda; notas de Raúl González “para entender a Sendero”, con entrevistas a Luis Guillermo Lumbreras y Henri Favre; una sección “para entender al Perú” con notas de una tremenda lucidez de Jorge Nieto, Juan Abugattás y Guillermo Rochabrún; además de una entrevista a Günther Grass polemizando con Mario Vargas Llosa sobre cuestiones políticas e ideológicas; y para terminar, un poema de Domingo de Ramos y un análisis de Alfredo Bryce sobre la poesía de Abelardo Sánchez León. Impresionante.

Todo empezó a cambiar desde la década de los años noventa. El muro se cayó, la izquierda se dividió (y con ella parte del equipo de Quehacer y de DESCO), el fujimorismo barrió con mucho de lo que la revista simbolizaba y el proyecto al que aspiraba. Más adelante pasó de bimensual a trimestral, y enfrentó cada vez más dificultades económicas y de lectoría. Quehacer era parte de un combo de lecturas que incluía revistas como Debate, El Zorro de Abajo o Márgenes, y eso sin contar otras revistas semanales y quincenales (Caretas, Oiga, , junto a Amauta, Cambio, 30 días, Monos y Monadas, entre otras). Caretas es la única sobreviviente.

¿Se lee hoy menos que antes? No necesariamente: con la llegada de internet, hay hoy muchísimo más material de lectura disponible, y las publicaciones impresas deben adaptarse a los nuevos hábitos de lectura. Sin embargo, no puedo dejar de sentir que nos estamos perdiendo de algo: basta mirar los kioskos y librerías de países vecinos para darnos cuenta de que algo anda mal.

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